ECOFEMINISMO, NUEVOS PLANTEAMIENTOS PARA VIEJOS DESAFÍOS

El enfoque ecofeminista nace de las corrientes feministas y pone de manifiesto nuevas posibilidades de ver el mundo, al mismo tiempo que es un diálogo de dos posicionamientos críticos de gran relevancia para el nuevo siglo, el ecologista y el feminista. El ecofeminismo se define como la filosofía y una práctica feminista que nace de la cercanía de mujeres y naturaleza, y de la convicción de que nuestro sistema “se constituyó, se ha constituido y se mantiene por medio de la subordinación de las mujeres, de la colonización de los pueblos “extranjeros” y de sus tierras, y de la naturaleza”. (Véase, Shiva, V. y Mies, M., Ecofeminismo, Icaria, Barcelona 1997).

Uno de los retos que se plantea el ecofeminismo es conseguir que el 100% de los empleos sean verdes. Para ello, se hace imprescindible introducir la perspectiva de género en la explotación sostenible de los recursos naturales, técnicas de producción y el desarrollo de las infraestructuras de las zonas rurales y urbanas, porque sólo así se asegurará que los beneficios y la responsabilidad derivados del uso, conservación y restauración de los recursos naturales sean equitativos y fortalezcan el futuro de la sociedad en su conjunto. En este marco teórico práctico se realiza el Encuentro auspiciado por Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, institución que ha implementando el enfoque ecofeminista en su estrategia de acción. (Más info en la Web de la Junta de Andalucía)

Según las conclusiones a las que se llega en dicho Encuentro, el ecofeminismo y el medio ambiente, desde una perspectiva aplicada al emprendimiento lleva a comprobar como el respeto y el cuidado por el medio ambiente motiva distintas medidas tendientes a su preservación que han devenido en iniciativas de creación de empleo rentable y sostenible.

En este sentido, se ha podido comprobar con las experiencias aportadas cómo, poco a poco, las políticas ambientales han ido ganando terreno en varias ramas de la economía y el consumo, generando, de esta forma, una considerable cantidad de empleos orientados a los nuevos hábitos y formas de trabajo en pos del medio ambiente. Entre los sectores más recientes y los que comenzarán a producir más empleo se encuentran el turismo sostenible, las actividades específicas relacionadas con la mitigación o adaptación al cambio climático, la economía de la biodiversidad, los cultivos agroenergéticos o la recuperación de saberes tradicionales, entre otros.

Resulta de especial relevancia, por tanto, dar entrada al emprendimiento liderado por mujeres en estos sectores de crecimiento, a través de acciones que fomenten el turismo sostenible, el reciclaje y gestión de residuos, las energías renovables y la eficiencia energética, la gestión del agua, la educación ambiental, la movilidad sostenible, la conservación de flora y fauna o la lucha contra incendios.

En este sentido, es necesario identificar la participación diferenciada de mujeres y hombres en el manejo, la degradación y la conservación de los recursos naturales para potenciar su participación en la construcción de un desarrollo socioambiental sostenible.

En este marco, es interesante el cuestionamiento que el ecofeminismo realiza sobre la pobreza. De acuerdo con lo que plantea Vandana Shiva, el modelo de desarrollo basado en la economía de mercado, considera que las personas son pobres si comen cereales producidos localmente por las mujeres en lugar de comida basura procesada, transformada y distribuida por las multinacionales del "agrobusiness". El proyecto ecofeminista debe pues centrarse en la organización económica y política de la vida y el trabajo de las mujeres y plantear alternativas viables al modelo desarrollista responsable de la crisis ecológica que pasan por la mejora de las condiciones de vida de las mujeres y de los pobres. (Sobre este planteamiento consultar el siguiente blog).

Recomendación TyD: Ecofeminismo para otro mundo posible, de Alicia Puleo García