Diez minutos antes de montarme en el avión que me traería a Guatemala escuché a un grupo de personas que decían que no sabían si iban a Guatemala o a "Guatepeor". Yo me quedé pensativa y me dije a mí misma, si van al mismo sitio que yo, seguramente sea Guatepeor.
Uno de mis propósitos de este viaje es el de ver la posibilidad de que voluntarios-cooperantes venga a colaborar a este país, ya que ante mi escasa objetividad sobre Guatemala, me parece uno de los países más maravillosos del mundo.
Guatemala es uno de los países más paupérrimos de toda Latinoamérica, con tasas de desnutrición crónica del 49%, analfabetismo, altos índices de violencia y en donde se violan Derechos Humanos constante y reiteradamente. Estos indicadores y situaciones se pueden ver en la Zona 3 y 7 de Ciudad de Guatemala. Estas zonas son el centro neurálgico del mayor basurero de toda la ciudad, en donde la vida cotidiana gira en torno a la basura, la droga, la delincuencia, la miseria y la extorsión por el control de la recogida de botellas de plástico para venderlas y ser recicladas. Sin entrar en detalle, sólo mencionar que el basurero sirve al 90% de las familias, niños y niñas (que residen dentro como en los alrededores) como recurso económico bien a través de la venta de basura como de la recogida de basura orgánica para poder alimentarse.
El Basurero también ofrece otra realidad ante la que yo me quito el sombrero. El basurero es un símbolo de lucha, de justicia social. La población está asentada en el basurero en primer lugar, por la insuficiencia de recursos económicos para poder pagar un alquiler, y en segundo lugar, como presión política para exigir el derecho a la tierra, tierra que fue arrancada de sus manos por terratenientes y latifundistas extranjeros.
El Basurero es un sueño para muchas personas, un sueño de algo mejor, de reciclar lo suficiente para ahorrar y que sus hijos e hijas estudien. Es un desarrollo comunitario espontáneo en el que todas las pequeñas comunidades se unen para agarrar fuertemente las tuberías del agua cuando llega la Municipalidad a cortar las tuberías, ya que no tienen derecho a agua por no tener título de propiedad.
El basurero es un corazón que late cada segundo. Puede ser par ti algo maravilloso, lindo, una sonrisa, una lágrima, una ilusión... dependiendo del prisma en que lo mires, solo tienes que coger un calidoscopio, un avión y venir de voluntario cooperante con Nosotros.
Un fuerte abrazo para todos desde Guatemala.
Cris
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